lunes, 6 de junio de 2011

El Banquero de Almas (parte II)


Unas horas atrás, en el callejón Oloroso una figura de 2,15m tenía una conversación con Ronny Alientoajo:
-¿Estoy muerto?
-SI
-¿Ha sido ese pinchazo en la espalda que he sentido, no?
-CORRECTO
-Y ahora ¿qué me pasará? ¿podré ir al cielo de la Gran Fogata? ¿habrá bocadillos de ajo?
-SUPONGO QUE IRÁS DONDE TÚ CREAS QUE DEBES IR

En lugar de desaparecer e ir al cielo de la Gran Fogata, Ronny Alientoajo desapareció dejando tras de sí una nube de polvillos de color rosa y un ticket que ponía “Vale por el alma de Ronny Alientoajo”; la alta figura sacó un reloj de arena y lo observó: aún tenía arena en la parte superior.  La alta figura se encogió de hombros y frunció el ceño como sólo una calavera con un tenue brillo azul en sus cuencas puede hacerlo.

Cuando la alta figura desapareció, una misteriosa sombra pasó por el lugar a recoger el ticket, y se marchó tan sombríamente como había llegado… dejando tras de sí un sospechoso rastro de malignidad y un olor que sólo se puede oler en un determinado edificio de toda la ciudad…

-Ehem!- una especie de sombra con capucha con cierta transparencia que dejaba ver el despacho de Lord Downey se dirigió al Director del Gremio de Asesinos…
-¿Sí? ¿Desea que sea exhumado algún cadav... oh… es usted, o ustedes.. -frunció el ceño- Su encargo va bien, ya hemos comenzado con su pedido de 3000 almas.
-Tenemos un problema. Un invitado no deseado. –su voz sonó como 3 voces al mismo tiempo pero con la armonía de la carne de cerdo asándose lentamente en la cocina de leña.
-Eso  aumentará el precio. ¿Quién es ese invitado?
-Muerte. Descubrirá nuestro engaño. –y apareció un saquito con monedas de oro puro sobre la mesa delante de Lord Downey-.
-Pensaremos en ello.

Cuando la figura terminó de recorrer diversos callejones aún con vida y con su bolsa en su poder decidió invertir su pequeña fortuna en bebida e invitar a quien estuviera en la taberna del Tambor Remendado, hogar multiespecie y un pozo sin fondo de problemas; la figura se dirigió a la barra y pidió cerveza de Überwald anunciando que invitaría a todos a una ronda y dejó caer sobre la barra una moneda de oro puro y con ella el ticket con el Alma de Ronny Alientoajo…
-disculpe joven… -un viejecito de unos 80 años se dirigió a él, llevaba una túnica que claramente lo definía como un mago, pero había algo en él que decía “No busques problemas, porque puedes encontrarlos en las Dimensiones Mazmorra”
-¿Sí, prefiere otra cerveza?- sonrió
-No, pagaría por no tener que beber esa cerveza, pero me gustaría ver ese ticket más de cerca… - el ticket desprendía una leve aura octarina , imperceptible para todos los demás excepto para el mago.
-¡No lo toque! Forma parte de un… er… encargo especial del “Servicio de Recogida de tickets de las calles de Ankh-Morpork”
-¿Tiene la Ordenanza 127 de las Calles de Ankh-Morpork donde se especifica que debe estar en posesión de un permiso especial para recoger estos tickets rosa? –el mago sacó un libro y lo agitó enérgicamente delante de la figura
-Err.. no… no.. a mí no me dijeron nada de los permisos especiales, ¡a mí sólo me dijeron que los recogiera!
-Entonces debo informar a La Guardia y que ellos den parte al Patricio…
-¡No! Cualquier cosa menos eso…  -la figura sollozaba como una madalena recién sacada del horno
-Haremos lo siguiente… yo me llevo esto para entregárselo a La Guardia y usted no dice nada.
-Está bien… muchas gracias…

El mago salió de la taberna y corrió hasta entrar en los campos de la Universidad Invisible, momento en el que el Octavo se estremeció, se agitó, sus cadenas tintinearon, forcejeó, y cuando el Bibliotecario llegó…. frunció el lomo.

[continuará]